miércoles, 16 de mayo de 2012

CONTEXTUALIZACIÓN DE LA OBRA



Divinas palabras, subtitulada Tragicomedia de aldea es una de las obras teatrales más conocidas de Ramón María del Valle-Inclán, que fue publicada en 1919. Supone la culminación del ciclo mítico, con una estética muy esperpéntica. En la obra hay referencias a situaciones crueles pero tratadas en tono de tragicomedia. Divinas palabras pertenece al ciclo mítico del teatro valleinclanesco.Todas las obras de este grupo se localizan en una Galicia mítica, en las que se presenta una sociedad arcaica y conflictos basados en la soberbia y la lujuria. Romance de lobos y Divinas palabras son dos ejemplos claros de este grupo. La obra transcurre en un ambiente gallego y misterioso que muestra la decadencia de una sociedad arcaica y rural. Valle-Inclán ha creado un mundo propio que posee una acción dramática muy novelesca y complicada y por la que pululan gran cantidad de personajes. Así, el mundo es como un gran teatro donde el maniqueísmo se manifiesta a través de las acciones humanas. Además, observamos que determinadas fuerzas de índole mágico hacen acto de presencia a través de efectos escenográficos. Estos efectos eran en la época imposibles de representar con lo que la obra quedaba muy deslucida, pues en el teatro de Valle-Inclán la acotación tiene tanta importancia como el propio texto dramático. Aún hoy, muchos de los efectos especiales que ideó Valle-Inclán (adelantándose varios decenios a su tiempo) son completamente irrepresentables. Pérez Minik dice que ‘es difícil encontrar en todo el teatro europeo de todos los tiempos una obra más desagradable, negra y atrevida. Tiene algo de romance de ciego, mucho  de escarnio y está como instrumentada con música de feria’. Los personajes son símbolos que remiten a impulsos muy elementales y primarios, tales como el deseo, la ambición, el poder o la soberbia en una realidad social concreta y los llevan hasta límites insospechados. Uno de los críticos más serios de nuestro país, Ruiz Ramón añade a estos comentarios que ‘la condición de irracionalidad propia de la crueldad [que está patente] a lo largo y ancho de toda la obra se funde en la escena final con la condición igualmente irracional de la piedad’. Como muy bien apunta Gozalo Sobejano, ‘en Divinas palabras, la cronología es imprecisa [y] la temporalidad, discontinua. La época en que sucede la acción de la tragicomedia apenas aparece aludida’. Además, el espacio de tiempo que abarca la obra es muy extenso rompiendo la unidad de tiempo del teatro clásico.Es una obra que ya apunta lo que veremos después en Luces de Bohemia: la animalización y posterior ‘muñecalización’ del personaje en ese camino hacia el esperpento, uno de los mayores hallazgos literarios del siglo XX y una de las aportaciones de la Literatura Española a la Literatura Universal. Hemos de estar orgullosos de ello.


Las adaptaciones cinematográficas de Valle-Inclán han solido decepcionar al considerarse que el mundo mítico del autor, su riqueza de lenguaje, sus evocaciones, su retrato de España a través del esperpento, su furia política, son intraducibles en el naturalismo de la narración cinematográfica clásica.









Fragmento de la obra representada en teatro, en el momento en el que emborrachan a Laureaniño hasta que muere.


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 Fragmento de la película, en el que Mari Gaila comete el adulterio.

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